RECORDAR ES VOLVERLOS A LA VIDA
En estos primeros días de noviembre celebramos los cristianos dos festividades que se unen en una misma realidad: La fiesta de Todos los Santos y la festividad de los Fieles Difuntos.
Desde que nos sorprendió la pandemia, no hemos podido como comunidad educativa cristiana, reunirnos a orar por nuestros difuntos. Muchos hemos sido las familias que hemos perdido seres queridos en estos dos años, por eso hoy desde esta pantalla del ordenador y desde nuestra web, quisiera abrir un espacio de oración. Cada uno lo podremos hacer desde donde estamos, juntos en familia y en eta gran familia que es el Colegio.
Os ofrezco este ratito de silencio, de plegaria, sabiendo que somos muchos los que durante este día 2 de noviembre, nos uniremos a Dios para pedir que desde su abrazo misericordioso haya ya acogido a nuestros seres que han pasado de nuestro amor al de Él.
Morir es preparar la última fiesta, recordamos a tantos que partieron y al saber que a tu abrazo se encaminan, no nos queda otra oración que el silencio.
Quizá su ausencia de ahora nos invade, brillan los ojos al evocar sus gestos. Bailan la gratitud y la nostalgia, por todo lo que alguna vez nos dieron.
Lloramos porque así añora quien ama, porque duele la muerte, ese misterio, que nos abre la senda de otra vida, mientras cierra este ciclo, que es el tiempo.
Es nuestra finitud una promesa y es también un combate con el duelo. Extraño este horizonte de esperanza, cuando el “adiós” envuelve un “nos veremos”.
Su marcha nos despierta algunas dudas, nos enfrenta al final como un espejo, puestos todos cruzaremos esa puerta y al pasar ese umbral descubriremos que Tú ya nos estabas esperando, que la vida era el pórtico del cielo. Cantaremos de nuevo y para siempre con quienes hoy nos dejan su recuerdo.
Nuestra fe cristiana no nos quita el dolor, pues Cristo también sufrió la pérdida de seres queridos y lloró. La fe nos dice que recordar a nuestros seres queridos los volvemos a traer a nuestra vida. La fe nos da la esperanza que nos volveremos a encontrar en nuestro cielo.
Es hora de marchar. Hay algo más y por eso te esperaré.
Unidos en la oración.
Feliz día de nuestros seres queridos que siguen de otra forma con nosotros.