Madre
Paula Montal
Santa Paula Montal de San José de Calasanz nació en Arenys de Mar (Barcelona) el 11 de octubre de 1799, en el seno de una humilde familia de cordeleros.
Madre
Paula Montal
Santa Paula Montal de San José de Calasanz nació en Arenys de Mar (Barcelona) el 11 de octubre de 1799, en el seno de una humilde familia de cordeleros. Siendo aún niña queda huérfana de padre, y como hermana mayor, compagina su trabajo de puntaire para ayudar a la familia, con su vida de oración y su apostolado mariano y catequético docente con las niñas.
Paula Montal constata la falta de medios para el acceso de la mujer a la cultura y la discriminación educativa que vivían las niñas. Y se siente llamada por Dios para esta misión. En 1829 funda en Figueras, su primera escuela, a ésta siguieron las de Arenys de Mar, Sabadell, Igualada, Vendrell, Masnou, Gerona, Blanes…
Totalmente identificada con el carisma calasancio, desde su primera fundación en Figueras quiere vivir la espiritualidad y reglas de San José de Calasanz.
En Sabadell, ayudada por los Padres Escolapios, el 2 de febrero de 1847, ella y sus primeras compañeras profesan como Hijas de María Escolapias. Allí hacen sus votos de pobreza, obediencia, castidad, a los que añaden un cuarto voto de dedicación a la enseñanza.
La Congregación tiene la aprobación del obispo de Gerona el 1851, y la pontificia de Pío IX el 1860. En 1865 las Hijas de María, Religiosas de las Escuelas Pías, obtienen la aprobación civil del Instituto por la reina Isabel II. Es la fundadora de la primera congregación femenina española del s. XIX, dedicada exclusivamente a la educación, con un marcado carácter popular.
La finalidad de su misión es “enseñar a las niñas: Piedad, labores de manos, letras” plasmado en un lema: “Salvar a las familias enseñando a las niñas el amor a Dios”.
PIEDAD Y LETRAS
En sus escuelas, regidas por reglamentos propios, las niñas viven y aprenden “la piedad y las letras“, lema calasancio por excelencia. Es una escuela diferente: Mariana, popular, funcional, flexible y abierta.
Sus maestras se perfeccionan en los métodos “más útiles y sencillos”, hermanando sus deberes con el buen trato, su autoridad con la bondad más exquisita y en sus clases actúan con disciplina preventiva, utilizando medios disciplinarios indirectos.
Tras dedicar sesenta años a la educación integral de la mujer como medio salvador de las familias, el 26 de febrero 1889 muere en Olesa de Montserrat.